Fragor de una batalla
Hoy hay un dios entre mis piernas que exige un holocausto.
Estoy dejando correr las horas, preparando la lúbrica lanza del combate, lista para la arena, el coliseo en el que libraré lucha cuerpo a cuerpo, cuero a cuero. Batalla contra mi igual, cuyo anhelo de destazarme veo reflejado en sus ojos.
Una tarde noche de combate pleno, de brazos, piernas, torsos, nalgas, miembros enredados, expuestos. Fragor de la batalla entre saliva, fluidos, semen y palabras obscenas.
Hoy mi dios se apoderará de tu tierra interna, el país del deseo y del murmullo.
Esta es la tierra del placer y a ella me entrego.
Estoy dejando correr las horas, preparando la lúbrica lanza del combate, lista para la arena, el coliseo en el que libraré lucha cuerpo a cuerpo, cuero a cuero. Batalla contra mi igual, cuyo anhelo de destazarme veo reflejado en sus ojos.
Una tarde noche de combate pleno, de brazos, piernas, torsos, nalgas, miembros enredados, expuestos. Fragor de la batalla entre saliva, fluidos, semen y palabras obscenas.
Hoy mi dios se apoderará de tu tierra interna, el país del deseo y del murmullo.
Esta es la tierra del placer y a ella me entrego.
2 Comments:
Merece la pena leerte...
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Unknown, at 10:18 a.m.
Gracias por leerme, Magela. Un honor y un gusto.
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Óscar, at 11:25 a.m.
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