Nihil novum sub sole o Déjà vu

miércoles, agosto 13, 2008

Animal ceremonioso

Hace un mes que murió mi hermano. Hace un mes que dio ese salto a ese abismo que cada día lo aleja más de nosotros.
¿Cómo no pensar en todo lo que los animales ceremoniosos hemos inventado: habrá ido a un cielo, su alma habrá transmigrado a otro cuerpo, se está preparando para ser mejor espíritu universal antes de incorporarse al TODO del que procede y se completa el periplo de la vida? Misterio.
Nostalgia de mi hermano, de su ya no estar, de no volver a escuchar su voz grave, su sencilla risa, sus tontos chistes y sí, de pensar ¿En qué lugar lo irán a matar, dónde morirá por esa enfermedad del alcoholismo?
Mi hermano murió casi como un santo. Aún recuerdo el santo olor del jazmín que minutos antes de morir inundó la habitación, su tranquilidad ante la muerte, su sentimiento del deber cumplido y nosotros ahí, rodeándolo casi contemplativamente.
Animal ceremonioso como soy, hoy a un mes de tu muerte, te recuerdo, te pienso, te siento.