Mi vida en una nuez
Tengo un recuerdo. Estoy mirando cómo mi abuelo pela meticulosamente con dedos torpes la piel de una nuez de Castilla. Desde mi estatura miro a lo alto con ojos grandes, de Adán descubriendo el mundo, la aplicación de las manos de mi abuelo. Y no hay tiempo (el que soy mira con nostalgia al que fui): la escena ha quedado grabada en mí. La felicidad para mí es ahora el tiempo eterno que me dedica mi abuelo Erasmo: esa nuez es para mí.
Ahora, yo pelo con tanta ternura nueces para mis hijos.
Ahora, yo pelo con tanta ternura nueces para mis hijos.