Nihil novum sub sole o Déjà vu

martes, agosto 30, 2005

Sonrisa en los labios

Hoy tengo la sonrisa en los labios. No sé, amaneció ahí. Me levanté, me bañé y ahí estaba, no la veía pero sabía que ahí estaba. Cuando me miré al espejo para rasurarme, indudablemente ahí estaba, inconfundible: ésa es una sonrisa. Me guiñó coqueta, me dejé seducir, a quién le amarga un dulce, y sí, la acepté. Hoy me acompaña ¿la ves?

viernes, agosto 26, 2005

El áve fénix

¡Dios, qué maravilla poder reinventarnos cada día!

miércoles, agosto 17, 2005

De amantes y ejecutores

en qué laberintos se extraviaban los sentimientos de los hombres y de las mujeres, en virtud de qué ley se convertían alternativamente en ángeles y ejecutores, en verdugos y víctimas los unos de los otros, monótonamente, sin aprendizaje ni descanso, sin que les sirviera de nada la experiencia del dolor ni los desalentara nunca por completo la repetición del fracaso

Antonio Muñoz Molina

martes, agosto 16, 2005

El día a día

¡Hace cuántos años ya que despierto junto a esta mujer y me siento tan pleno! ¡Y cada amanecer tiene una fuerza irresistible que me arrastra a mirarla dormida: la curvatura de las cejas, la línea recta de la nariz, los labios entreabiertos siempre invitando al beso y las mejillas plenas de su amor.

viernes, agosto 12, 2005

Estar vivo

Leo en la novela Plenilunio de Antonio Muñoz Molina:
ya no me da igual morir. Yo no he sido valiente todos estos años, cuando pensaba que tenía dominado el miedo y que no me importaba mucho que me mataran, era que no conocía la diferencia entre estar vivo y estar muerto.

martes, agosto 09, 2005

Como los ciegos

Leo tantos blogs y me invade la sensación de infinito, aunque como vértigo. Es como si tuviéramos un segundo antes de morir y entonces se multiplicaran los mensajes, los deseos, los pensamientos, las voces. Como si uno dijera: no quiero morir sin antes decir algo, como decir: yo también existo.

Por otra parte, me reconozco en cada anhelo, en cada ansia por aprender, por comprender, por ser parte de algo. Somos como ciegos tejidos en ciudades. Acaso hilamos con nuestro andar la trama de nuestra vida.