Grato recuerdo
Tendría unos 16 años. Me transportaba en el metro rumbo a mi CCH. Me subí en la estación Xola y me bajaría en Tasqueña, así que mi recorrido sería como de unos 15 minutos. El vagón del metro iba más bien vacío, había asientos disponibles, pero yo me fui de pie, recardado en un tubo junto a la puerta. En la siguiente estación, Villa de Cortés, se subió una joven como de unos 20 años. Entró (tengo la imagen muy bien grabada, como si fuera una secuencia de cine), miró a la gente del vagón como si fuera una mira de rifle, me miró y me apuntó, se dirigió hacia mí.
Con toda la libertad y decisión del mundo, se dirigió hacia mí, se volteó, me dio la espalda y al mismo tiempo que continuó la marcha del convoy, ella restregó sus nalgas a mi pubis. Yo iba con la mano derecha en el tubo. Primero fue el desconcierto, no entendía que se estaba masturbando conmigo y delante de toda la gente. Todo mundo estaba viéndola y ella seguía frotándose como gatita golosa y yo no me quitaba, me estaba gustando también. Se frotaba aún más descaradamente, ignoro si traía unas bolas chinas o un consolador en pleno uso, seguramente. Escuchaba el ritmo de sus jadeos, un poco contenidos, se aceleraban al mismo tiempo que su culo en mi pubis y yo impertérrito y cuando se abrieron las puertas del vagón, ella salió de prisa sin voltear siquiera. No recuerdo su rostro, sólo su reflejo en el vidrio de la puerta.
Creo que fue la primera mujer libre que conocí. Hoy día de la mujer, la recuerdo.
Con toda la libertad y decisión del mundo, se dirigió hacia mí, se volteó, me dio la espalda y al mismo tiempo que continuó la marcha del convoy, ella restregó sus nalgas a mi pubis. Yo iba con la mano derecha en el tubo. Primero fue el desconcierto, no entendía que se estaba masturbando conmigo y delante de toda la gente. Todo mundo estaba viéndola y ella seguía frotándose como gatita golosa y yo no me quitaba, me estaba gustando también. Se frotaba aún más descaradamente, ignoro si traía unas bolas chinas o un consolador en pleno uso, seguramente. Escuchaba el ritmo de sus jadeos, un poco contenidos, se aceleraban al mismo tiempo que su culo en mi pubis y yo impertérrito y cuando se abrieron las puertas del vagón, ella salió de prisa sin voltear siquiera. No recuerdo su rostro, sólo su reflejo en el vidrio de la puerta.
Creo que fue la primera mujer libre que conocí. Hoy día de la mujer, la recuerdo.