Nihil novum sub sole o Déjà vu

martes, agosto 30, 2011

El vendedor de pararrayos

Es el primer día de trabajo de Joaquín. Va, como ordena la etiqueta, presentable y formal. Lleva lo necesario para su flamante actividad de vendedor de puerta en puerta, sin inmutarlo lo nublado del día.
Toca su primer timbre:
-Buenos días, vengo ofreciendo pararrayos...
¡Dios mío! ¡Un tremendo rayo ilumina con estruendo la entrada de esa casa!

martes, agosto 23, 2011

De cáscaras y pieles

¿Cómo escribe uno hasta que realmente da con uno mismo? ¿Cuándo se sabe que hemos dejado de darle vueltas y realmente nos tocamos con la palabra? He ahí ese que soy yo visto por mí mismo, comprendido, avizorado y sí, amado, por mí mismo.

¿Cuándo se sabe que no es caparazón eso que pensamos que es nuestra más sensible piel?

No sé cómo no mentirme. No sé cómo hablarme a mí mismo sin masturbarme con la idea de la reflexión y el autoconocimiento.

Dudo de mi conocimiento, de la profundidad a la que buceo. Tal vez sólo estoy en la superficie y creo que me muevo en profundiades abismales.

martes, agosto 16, 2011

Erotismo y pornografía

Me parece que sobre el tema del erotismo y la pornografía se ha bordado mucho, pero con hilos equivocados. Me explico.

El erotismo y la pornografía (si consideramos que son distintos) se hallan inmersos en el dominio del arte. Acordado lo anterior, tenemos la base principal: lo fundamental en el arte es la estética. Toda expresión artística es una propuesta estética, así que la obligación de una obra de creación es obedecer a su estética.

Desde el siglo pasado, ha habido una falsa dicotomía entre erotismo y pornografía porque se los ha visto desde una óptica equivocada: desde la moral.

La moral es la premisa fundamental de la religión o de una ideología, no del arte. Nuestros poetas y pensadores actuales están más "comprometidos políticamente", son más "progresistas" y siempre les queda el afán por ser bien vistos políticamente: lo que llaman "políticamente correctos". Y por ese afán de estar del lado de lo bueno, han contaminado con su tufo moralista el quehacer artístico: las obras están en favor o en contra de una tendencia o una ideología. Se sataniza o se bendice a una persona, al autor, no a su obra.

Me temo que eso pasó con el erotismo y la pornografía, pues se les ve como lo bueno y lo malo. Y no lo son, son expresiones estética logradas o fallidas, no buenas o malas porque son directas o veladas. Existe una hipocresía moral cuando se habla de pornografía: si dice palabras explícitas es mala: si lo dice veladamente, "con buen gusto" (sólo les falta decir que porque así lo exige el guion) y porque así viste de exquisitez y de buen gusto a quienes lo "defienden", es bueno, bello.

La creación artística es una propuesta estética y su rigor debe ser estético, no moral. Para mí, el erotismo o la pornografía son estéticas de una misma temática: el erotismo, el cuerpo, el amor, el deseo.

jueves, agosto 04, 2011

Un día, una hora, un lugar

Un hombre, una mujer, unidos forman un nuevo ser. Es un ser que se disfruta entre humedades y erecciones, entre suavidades y oquedades, entre manos, labios y recorridos.

Es un ser que aparece como de la nada, pero hay tenido que pasar la eternidad y un día para esa reunión. Esta es mi boca y estos tus labios. Este es tu sexo y estos mis dedos que te abren. Estas es mi palma recorriendo tus muslos. Esta es tu boca y este mi delicioso sexo.

Me has hecho hermoso, deseable, apetecible al gritar mi nombre mientras estallabas. Fue un piropo cósmico brotado de lo más profundo de tu garganta: tu vagina.