Nihil novum sub sole o Déjà vu

viernes, diciembre 30, 2005

¿Cómo desearle feliz año?

Juanita tenía cuatro años. Había sido violada en múltiples ocasiones. Además la golpearon hasta desprenderle el labio inferior. Sus padres, unos indigentes de la colonia Tacuba, jamás se preocuparon por ella. Su sufrimiento termino ayer... la encontraron muerta dentro de una maleta abandonada junto a unas vías del tren.
Corrían las 7:00 horas de este jueves cuando un indigente de la zona, ubicada en la delegación Miguel Hidalgo, caminaba por avenida Aquiles Serdán. En su andar observó, entre unos costales de cascajo, una petaca seminueva.
No era común encontrar algo así entre la basura que a diario tiran en la zona, así es que sin pensarlo mucho se acercó para ver qué había en ella.
Apenas la movió, encontró que dentro había un pequeño cuerpo. Es un niño muerto, pensó, y corrió a avisarle a otros indigentes con los que convive a diario. En unos minutos llamaron al policía.
Se trataba del cuerpo de una niña. Vestían un pants negro y sudadera blanca. Su cuerpo amoratado estaba envuelto en una chamarra y tenía puesta sólo una calceta, según detalla el expediente MH1-T1/3071/05-12
Los peritos de la Procuraduría capitalina llevaron el cadáver a la novena agencia del Ministerio Público para iniciar las investigaciones.
Cuando lo revisaban, a la agencia llegó un hombre alcoholizado, que aseguró ser el padre de la niña. Se llama Juanita como su mamá, ella también es alcohólica y drogadicta, le dijo a los policías. El sujeto negó haber agredido a la pequeña. Contó que se la había dejado a su mamá o a unos amigos, no lo recordaba muy bien.
Los investigadores buscan a la mamá de la pequeña y a los supuestos amigos de su padre para saber quién terminó con la vida de Juanita.

Ahora, Juanita, espero que la muerte te sea leve, ya que la vida no lo fue.

lunes, diciembre 19, 2005

Loa a los epigramas

Sin saberlo tienes las riendas de mi alma,
aunque me mires con inocencia.

Anacreonte


Timarion, son ligas tus besos y tus ojos flama,
si miras quemas, si tocas atas.

Meleagro


Tienes los ojos de Hera, las manos de Atenea,
los pechos de Afrodita, los tobillos de Tetis;
feliz quien te mira, afortunado quien te escucha:
vuelve semidiós besarte, inmortal obtenerte.

Rufino

El frenesí del placer nos domina,
y nos hundimos en un mar deleitoso.
Qué terror, qué oprobio, qué rumor de batallas,
qué inminencia de suplicios nos desanudarían?
¡Quedaría, con gozo, pegado a tu cuerpo para siempre,
como Ares entre los bienamados brazos!
Poco me importa que me sorprendan contra tus pechos
y me miren abrazarte y de ti comiendo,
quien sea: extraño, vecino
o aun (¡grandes dioses!) mi propia mujer o un sacerdote.

Pablo el Silenciario

miércoles, diciembre 14, 2005

En tu honor

La maravilla de hablar sin circunloquios es que todo queda muy claro: Me gustas y tenemos que coger. Me hechizan tus ojos claros, tu piel bronceada, tu escote amañado que muestra el encaje de tu brasier. Aunque no hacía falta: insisto: me gustas y nada me gustaría tanto, como a ti, que cogiéramos sin ayer, ni mañana, sólo la piel del hoy.

lunes, diciembre 12, 2005

El animal ceremonioso

Hace algunos años, una editorial me encargó un libro que hablara acerca de la construcción de la basílica de Guadalupe. Un súper proyecto, la basílica, pero, desgraciadamente, el libro o no gustó o no sé por qué no se publicó. Fui muchas veces a la villa de Guadulpe a empaparme del ambiente, de la gente, de la fe.
Creo que nunca he estado tan cerca del fervor como en esas visitas que realicé. Recuerdo que pensé que el solo hecho de ese fervor, de esa fe, de esa creencia, era suficiente para hacer realidad que existiera la Morenita del Tepeyac. ¡Cuánta esperanza en esa gente! ¿Y yo? Como siempre, de espectador de primera fila.
El nombre de este escrito alude a la fecha de hoy, 12 de diciembre, en el que se celebra a la Virgen de Guadalupe.

jueves, diciembre 08, 2005

La invisibilidad (o la imbecilidad)

Hoy, mientras comía, solo, en un restaurante, pasó una anciana y me miró. Pero me miró con deseo. Yo la ignoré y creo que la traspasé con la mirada. La hice invisible por el solo hecho de tener arrugas. ¿Una mujer deja de desear solo por ser anciana? ¿Y un hombre? ¿Y por qué los ignoramos? ¿Por el miedo de vernos en ese espejo que nos acerca a la tumba?

miércoles, diciembre 07, 2005

Labios como alas

Hoy anhelo tus labios como el prisionero la libertad. Deseo besarte tan plena, tan totalmente que de nuestro beso brotarían mariposas y colibríes. Qué imperiosa necesidad de ser tú, de besarte, de besarte como si fueras el oxígeno. Hoy, mi amor, sólo quiero que me beses.